miércoles, 31 de agosto de 2011

La Suiza por una ventana del tren

Las cabañas para las herramientas de las huertas son mejores que las chaboles de nuestros barrios pobres.

Los autos duermen vacios por la noche y los yaten flotan como la mierda.

El césped es tan perfecto que parece que no es cierto.

La sonrisa es un don que no conocen estas tierras. Si se vendiera en las tiendas tal vez mas fácil seria que en una panadería te sonrieran algún dia.

El respeto moneda corriete y la indiferencia esta en cuarto creciente.

La propiedad privada comienza a un metro de distancia de cualquier cuerpo.

La basura no es libre de ser desecho y termina presa de los que se creen su dueño.

El avance de las comunicación es proporcional a la imposibilidad de acceder a ellos gratuitamente.

El internet inalhambrico un hecho en el mundo entero es tan difícil de pillarlo libre y sin restricciones como

El baño se paga hasta en el bar donde te comes una tostada. Y eso que no hay una doña sentada en la puerta limpiando la roña que dejan los que pasan por allí.


el tren viaja rápido
para acabar con el tormento
de tener ke transitar
por unas horas
el mismo camino
que un monton de desconocidos
que pueden cruzarte la mirada
y dejarte vacia despojada
pueden ser buena gente
pero eso no es suficiente


No hay fotos... por eso hay escritos
Saludos a Hugo Orell que me recibio en Ginebra y me saque un poco esta impresion tal vez incierta

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