Contrata un payaso
Te embola pensar en el show de fin de año de tu empresa.
Los fuegos artificiales de navidad que organiza tu ciudad
son más de lo mismo.
El concierto benéfico de tu pueblo es peor que un dolor de
muelas.
Te hablan de pagar los impuestos, pero nunca los ves
invertidos en la cultura que a ti te gusta.
Fuiste a ver a un compañero de la secundaria que hace stand
up y por reírte de compromiso acabaste vomitando en el baño del bar.
Vas al shopping con tus hijos porque no sabes cómo
divertirlos el fin de semana y siempre te gastas un dineral.
Tu cuñada te obligo a ir al cine a ver la nueva peli de
Disney. Entre el pop corn, el estacionamiento y el precio de la entrada te
salió más caro que comer sushi en un restoran de nivel.
Aunque a decir verdad comer afuera ya no te genera ninguna
adrenalina.
Te empezaste a cuestionar para qué mierda trabajas tanto si
el gramo de felicidad del mes te sucedió esa tarde que saliste al parque a
hacer cagar al perro y ese payaso de la plaza te hizo cagar de risa por primera
vez en el año. Y vos le diste dos mango de pura inercia poniendo cara de que
con el sueldo que tenes no te alcanza para más. Aunque vos sabes que te gastas
la mitad de tu dinero en alimentar a esas multinacionales que te venden la
felicidad hecha. Pero en el fondo vos que sos un loco de barrio, sabes que ese
gramo de alegría te lo da la gente sencilla, real, que se gana la vida en una
plaza, una esquina, o un bondi.
Si a vos te hablo, que en estas fiestas volvés a verte por compromiso con tíos
lejanos sabiendo que tu familia es una bomba de tiempo. Que se acerca otra
navidad y pareciera que será la última porque el mundo va camino a su fin. Que
llegar a fin de año sin problemas se vuelve más difícil que ser un refugiado
queriendo cruzar en barco a Europa.
Si, te diste cuenta que el mundo está más tenso que musculo de fisicoculturista.
Y como sos un tipo perspicaz sabes que hace falta reír.
Leiste en la revista Forbes que la risa relaja, que libera endorfinas y te
permite ver los problemas desde otra óptica. Y si, te empezas a cuestionar
porque el labor de un médico o un ingeniero está más valorado que el de un
payaso.
Tu tía volvió meada, con cara de orgasmo después de una hora
de risa y te dijo que esta gris existencia dominada por falsos deseos
inculcados por corporaciones que engordan sus bolsillos mientras te vacían de
sueños, vuelve a cobrar sentido.
Si a vos te hablo, a vos que querés algo distinto, que lo
pide a gritos tu inconsciente reprimido. Vos que soñás con alguien que combine
las artes del payaso, la espontaneidad de la calle, la experiencia del viaje,
la habilidad de la palabra, la ironía critica, el doble sentido, la alegoría al
fracaso, el humor irreverente y la provocación.
Llama a Menzo Menjunjes. Artista integral, vegetariano,
payaso, humorista, y escritor.
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