viernes, 10 de noviembre de 2017

Hacer turismo

Hacer turismo me aburrio hace tiempo. Fue un furor al comienzo de mis viajes. Pescar mapas, ir a oficinas de turismo, averiguar las atracciones y los lugares que no se pueden dejar de visitar.
Ir apurado gracias a la guía que te metio en la cabeza que en el mismo dia podias hacer tantos kilometros a pie y visitar una docena de monumentos y museos.
Si, hacer turismo es como ir al matadero por motus propio. Caminar junta al rebaño, detenerse donde lo hacen todo, hacer pis apurado y levantar la banderita cuanto te perdes para que tu grupo se acuerde de que son un grupo de ahuevonados unidos por la misma causa: conocer un sitio por boca de otros.

Si, hacer turismo es un trabajo agotador que requiere responsabilidad, estudio, atención. Saber horarios, precios. Leer recomendaciones y letras chicas, folletos, revistas, consultar en internet y en cabinas ubicadas en puntos estrategicos.
Hacer turismo no es para cualquiera. Es una tarea dificil de realizar por motus propio, razon por la cual se terceriza pasando a adoptar la actitud de un infante pre infantil que sale a pasear por el barrio del jardin.

Si, no quedan dudas, hacer turismo te deja mas cansado que antes de irte de vacacaciones. Subir y bajar de autobuses, hacer filas, sacar fotos, leer carteles, escuchar a guias, hablar con otros turistas sobre el clima en Praga o el baño del bus.

Es que hacer turismo es un suplicio, es un vicio que nunca satisface. A decir verdad no eras mas feliz cuando ni sabias que ni existia la torre Eifel, o ahora que sabes que tiene que pagar para entrar.
O no eras mas feliz cuando ni sabias que la Sagrada Familia era una iglesia o ahora que estas en la fila que da vuelta la manzana con 500 giris esperando para entrar.
O no eras mas feliz cuando te imaginabas las piramides de Egipto o ahora que tenes que pelearte para tener una foto sin que nadie te robe camara.

Definitivamente, no recuerdo cuando fue la ultima vez que llegue a una ciudad y acto seguido visite los lugares mas significativos, los sitios de interes, esos a los que van todos corriendo como si fuera a gastarse o perder por ir unos despues o nunca ir.

Yo he adoptado una tecnica particular y propia para acabar conociendo los lugares sin proponertelo.
Brevemente pasare a explicar en que consiste.

A. Perdida, desaparicion o rotura.
Imagine la siguiente situación. Ya conveniendo de que odia hacer turismo. Llegas a Barcelona y necesitas unos cordones rojos para tus zapatos. Esos cordones rojos sera el motivo y la excusa para recorrer la ciudad sin rumbo fijo y sin mas objetivo que dar con el paradero de los mismos.
Para ellos deberas preguntar y asesorarte simplemente con el primero que se te cruce. Y asi acabaras, lo puedo firmar doblando en una esquina y encontrandote con la rambla del raval, la sagrada familia o la barceloneta sin que signifiquen mas que el punto de referencia de tu busqueda: asi libremente podras cambiar el centro de referencia y decir: La zapateria margall donde me compre estos cordones rojos queda al lado de una iglesia super rara, que parece gotica y vaya a saber porque un monton de gente se junta en la puerta. Estaba buena, molaba. Y asi sinceramente sin ideas preconcebidas tu acto turistico se habra consumado sin una predisposicion para ello.

B. Ejemplos
Arequipa en Peru la pasee buscando una bateria de 12 voltios. Fue super emocionante conocer el mundo de los talleres mecanicos de motos.
Rio de Janeiro buscando un bombilla para tomar mate.
La paz buscando un charango.

No hay comentarios:

Publicar un comentario