Solidaria actitud de los dueños de bares. En un acto de increíble humanidad y aprovechando la llegada del verano han decidido dejar las sillas fuera toda la noche para que sus viejos clientes caídos en desgracia duerman.
I.
Pepe se ha quedado sin empleo. Lleva 8 meses en el paro y 2 meses sin casa viviendo en la terraza de un bar. Dura es realidad que le toca vivir a muchos afectados por la crisis española.
Pepe se levanta temprano. Todavía esta todo cerrado, ni una señora de bien todavía pisa la calle, aunque si muchos inmigrantes que van a trabajar y/o mendigar. Pepe duerme sentado en la puerta del bar de toda la vida. Paga por ello 3 euros la noche y viene incluido un café con leche de desayuno. El diario también entra en el paquete pero ya no quiere leerlo.
II.
Vivir en una terraza le ha permitido liberarse del peso de la hipoteca y del alquiler. Primero ha perdido su casa, luego a su familia y mujer, pero si hay algo que no es capaz de perder es el bar de toda su vida. Sabia ha sido su elección. Por 90 euros por mes tiene alojamiento con desayuno incluido. Durante el día toma algún que otro café, un aperitivo mientras mira la televisión o juega a las cartas. Come tapas, tortilla y bocata según el día. Todo esto a unos 9 euros diarios de promedio. Lo que suma en un unos 270 por mes.
Pepe cobra el subsidio de 426 euros y a pesar de dormir en una silla a la interperie es feliz, porque no le falta nada. Con los 56 euros que le sobran compra cigarros de liar y papelillos. Los pitillos los hace con papel reciclado. Fuma un paquete cada 4 días, lo que da entre 7 y 8 por mes. A 4 euros, gasta 32.
III.
Todavía le sobran 22 euros para comprar cada tanto un pan en el chino, alguna lata de conserva en el DIA o entrar a un locutorio a usar internet.
Pepe es un hombre feliz que vive la crisis desde la terraza de un bar.
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