Apuntes sobre el viaje y el arte callejero
El techo y la comida.
Hasta el día en que sales de viaje seguramente nunca revistió mayor preocupación el techo y la comida. Pero cuando estas lejos de casa, en una ciudad desconocida y sin mucho dinero, eso tan cotidiano como dormir o comer, se convierte en una preocupación.
Mis primeros viajes fui de mochilero generalmente por pueblos pequeños y en verano, cuando mucha gente viaja. No es difícil encontrar lugares donde acampar barato o alguien que te oriente. Pero cuando emprendí mi gran viaje, paso a ser algo de todos los días. Buscar un lugar donde dormir es una fascinante aventura.
Es mas importante con quien estés que donde duermas.
Si estás acompañado de gente con la que te sientes bien da lo mismo donde duermas.
Para un turista tal vez sea una tragedia no conseguir hotel y acabar durmiendo en una playa, en un parque o en un umbral. Para un viajero muchas veces es la puerta a una nueva experiencia.
El mayor aprendizaje es saber buscar la felicidad en lo más mínimo, fuera de las banalidad, el lujo o la comodidad. Dormir en un hotel con la cama limpia es muy lindo, pero no te garantiza que la estés pasando bien.
Cuando tenes dinero para pagar el primer hotel que encuentres le cierra la puerta a infinidades de situaciones y encuentros que te pueden suceder mientras continuas con tu búsqueda.
El que es paciente siempre consigue algo.
Y mas si tu ámbito de juego es la calle. Por un semáforo, una plaza o una peatonal, anda desde el mas desgraciado hasta el mas millonario. Las divas también cagan, los ricos también salen a la calle y un día pueden toparse contigo en alguna esquina o en algún parque. Y tu que hace un año no eras nada, que pringabas 8 horas para una gonorrea, que tu realización personal estaba mas lejos que la cima del Everest, te encuentras que de golpe tienes la atención de gente de mundos tan diferentes. Sientes en carne propia una satifacción muy grande al darte cuenta que del montón de mierda que te hicieron creer que eras, ahora puedes sacarle una sonrisa a una vieja amargada o hacer feliz a un niño.
Eres libre, si estas dispuesto a fracasar.
Cuando recién empiezas y tienes poca experiencia, mucha gente te asesora, ves y copias a otros, o tratas de recordar a los grandes que viste por ahi. Cuando una ocurrencia propia funciona te das cuenta de que eres libre de hacer la locura que te plazca. Si el público acepta tu personaje y compra tu cuento, puedes llegar tan lejos como te lo permitan.
Fracasar es parte del aprendizaje y del oficio. La risa, no es matemática. Un buen espectáculo depende de infinidad de factores mas relacionados con tu energía y la del púbico.
Los que truinfan son aquellos que confían ciegamente en lo que hacen.
He visto payasos de calle haciendo grandes estupideces absolutamente convencidos y mantener a un público 40 minutos en vilo.
La Pasion
Es super importante amar lo que haces y divertirte. Tal vez sea de los pocos trabajos que te paguen por pasarla bien. Siempre me pregunte que sería si le pidieran a un telemarketer, a un empleado de un banco o a un oficinista que vaya a trabajar el domingo gratis. Si el decir que no, no trajera aparejado ningún castigo o reprimenda nadie iría. Cuando eres artista de calle o payaso actuar se vuelve una necesidad, que muchas veces se mezcla con la otra, la de sobrevivir, pero que también subsiste si no la tuviese. Que quiero decir, maga?. Que he trabajo monton de veces gratis por mi necesidad imperiosa de salir al ruedo. Y disfrutar de lo que uno hace es tal vez de lo mas privilegiado de la profesión.
Cuando te diviertes todos se divierten.
Cual es la medida de truinfar?.
No siempre ganar dinero o actuar en festivales quiere decir que tu goze sea mayor. Es muy difícil de explicar.
El payaso triunfa cuando la gente se rie, la pasa bien, se relaja y se olvida de su cotidianeidad. Si además eres capaz de hacer pensar a tu público o deslizar criticas subliminales a diversos temas, estarás haciendo una labor inmensa.
Nos prohíben porque somos libres.
Un payaso parado en medio de una plaza con 200 personas a su alrededor tiene un poder enorme. No solo porque por lograr crear un circulo. El ruedo rompe los estratos sociales, no diferencia ricos ni pobres. Tanto niño bien como un niño de la calle estan a la misma distancia de la escena. Sin jamas imaginarlo familias de diferentes clases pueden pasar 40 minutos codo a codo.
El payaso callejero, como el juglar medieval, como el bufon del rey, se rie, en primer lugar de si mismo y luego de las normas, convenciones de la sociedad. El intentara ganarse al público para que este le permita transgredir.
El espacio público se ha convertido en un lugar de tránsito. La gente se ha vuelto una mercancía, que solo sale a la calle para consumir. Las peatonales se han transformado en grandes pasarelas de modas. La geografía urbana se ha modificado de tal manera que la única opción posible sea consumir. Entrar a un shopping, mirar vidrieras, sentarte en un bar, tomar un helado.
Hasta los bancos de las plazas han sido modificados para que la gente no pueda sentarse en grupo. La cultura de la indivualismo se ha traslado al espacio público.
Un payaso en la calle representa un peligro para aquellos que pretenden construir una sociedad de consumidores y zombis.
El arte de calle te devuelve al aquí y ahora, al presente, a la realidad. Todo esta transcurriendo en el mismo momento que lo estas observando. La imaginación, la creativdad, la capacidad de improvisación. El tiempo que dure todos, artista y espectador, son parte del mismo artificio, del mismo mundo.
Es una tarea quijotesca que tenemos. Y la competencia desleal y desmedida. En el centro de una gran ciudad el transeúnte esta bombardeado por millones de estimulos, contaminación visual, publicidades que te inducen a consumir sin pensar, ruidos, bocinazos, frenadas.
Vivimos en un mundo completamente enfermo donde está permitido matar pero no hacer reír.
Los gobiernos persiguen el arte callejero, llena la via de pública de normas, leyes y prohibiciones, porque saben que un artista callejero es alguien libre, difícil de dominar.
No compras ni vendes nada. Regalas música, alegría o imaginación y eso no es negocio para los comerciantes que pagan sus impuestos, ni para el estado que se los cobra. No es negocio para la policía que está más preocupado cumplir las órdenes que en escuchar lo que quieren los que le pagan el sueldo.
El arte de sobrevivir
Hay cosas que se aprenden en haciendo cursos y otras que solo con oficio, en la calle. Es muy difícil trasladar las experiencias vivenciales. No se puede enseñar a nadie a buscarse la vida. La necesidad o las situaciones límites son el mejor aliado para aflorar el arte latente que cada uno posee.
Con la panza llena nadie se pone cocinar y con el bolsillo lleno pocos salen a la calle a trabajar.
La calle es un oficio que se aprende con la constancia, con la prueba y error, con la perseverancia. La necesidad te pone en situaciones límites y en ellas florece la creatividad, en ellas pierdes el miedo, los temores al que dirán se esfuman cuando te es menester hacerte la diaria para pagarte el techo y la comida.
Por eso para muchos irse de viaje es el comienzo de una liberación, es un desafío, una lucha interna de autosuperación, una puesta a prueba diaria y constante.
Artistas tercermundistas y artistas primermundista.
Cuando creciste en un contexto donde las posibilidades son limitadas, donde no existe apoyo para el arte, becas, subvenciones, espacios de creación, residencias para artistas, estabilidad o segurdad económica, ser artista es un lujo de algunos pocos afortunados.
Cuantos músicos, actores y escritores talentosos sucumben a la doble vida y terminan dejando su verdadero pasión a los ratos de ocio que les quedan libres entre su obligaciones laborales.
Es como el juego del la cola y el raton. Hay dos opciones, tener la seguridad de un empleo para luego poder hacer lo que te gusta y mientras regalar tu tiempo a un trabajo que no lo harias si no te pagaran o dedicarte de lleno a lo que te desvive.
Necesitas un sueldo fijo para poder hacer lo que te gusta o necesitas hacer lo que te gusta para no necesitar de un sueldo. Es de los dilemas y las diyuntivas mas difíciles de resolver.
Muchos no pueden dar el salto y resignar las comodidades de la estabilidad. El trabajo asalariado o dependiente es un placebo necesario para muchos que por miedo o necesidad no son capaces de dejarlo todo y vivir de lo que siempre soñaron.
Tal vez me resulte fácil decirlo porque el oficio de artista callejero ha sido mi única labor estable y continua a lo largo de mis 10 años de vida activa.
La autogestión es agotadora pero reconfortante.
La libertad es difícil de manejar. Cuando no tienes patrón, tu mismo debes decidir cuando es momento de crear, de descansar, de entrenar o de salir a trabajar.
Hay una falsa creencia de que el artista es un vago que trabajar unas horas al día. El tiempo creativo o de ensayo nunca es tomando en cuenta por quienes juzgas fácilmente. El hecho artístico es la punta del iceberg de un proceso larguísimo, de una construcción personal de toda una vida.
En Latinoamérica el artista se convierte en busca o el busca en artista.
La capacidad sobrevivir en un ambiente hostil, donde abundan los problemas requiere arte.
Viajar para aprender a ser artista o callejear para poder viajar
Muchos salimos de viaje para aprender a ser artistas callejeros y otros aprendieron a hacer malabares, clown o calle viajando. Las experiencias son bien diversas y depende mucho de donde venga cada cual.
Romper el cascaron
Muchos han empezado en la plaza de su ciudad. Han seguido por los pueblos cercanos o algún balneario de verano. Hay algunos otros es un trabajo mas, diferente al resto, pero del cual quiren seguridad y estabilidad. Mientras unos deciden echarse a volar otros prefieren echar raíces y afianzar sus contactos y lugares de trabajo.
El que se queda en una plaza aprende de la constancia.
El que viaja, aprenda del intercambio de experiencias, de artistas o viajeros nuevos que te encuentras a cada paso.
Yo necesite romper el cascaron. Las ciudades muy grandes nunca te permiten desarrollar al máximo tu capacidades. Te comparas con los que te rodeas y siempre sientes que hay otros que lo hacen mejor. Cuando estas solo en un pequeño pueblo de interior, tu conocimiento, tu experiencia, vale por el de tus 10 colegas juntos.
Cada habilidad de que tengas podrá ser una herramienta para crear y sobrevivir, cada idea un mundo para explorar.
Pocas se hubiera imaginado que podía recorrer un continente cantando los mismos temas que en un fogón con sus amigos del barrio.
La necesidad es un gran amigo de la creatividad y de la valentía. Cuando tienes dinero en el bolsillo difícilmente hagas cosas que te causan miedo. Ahora cuando necesitas pagar un hotel o comprar un pasaje para seguir viaje y estas a miles de kilómetros de tu casa, no tienes tiempo para pensar en la vergüenza, en la inhibición o en lo que diran tus amigos.
Ese constante autojuzgamiento o sentimiento de inferioridad o de temor desaparece a la fuerza.
Pocos tal vez habían tenido plena conciencia de la potencia que tiene para el autoestima sentirte capaz de sobrevivir en cualquier lugar.
Jugar o trabajar.
En ingles play, significa tanto como tocar un instrumento, jugar o trabajar.
Tu publico esta en donde lo eligas que este.
Cuando empiezas y no eres capaz de hacer un espectáculo largo, lo mejor es probar con poca gente a la cual sea fácil captarle la atención. Una vez que pierdes un poco el miedo, tranquilamente puede ser capaz de realizar un mini show en cualquier sitio.
Esta lleno de momento muertos en lo cotidiano que son tu campo de acción.
El mundo moderno la gente espera, hace filas, camina, transita.
Hay infinidad de espacios donde jugar. La calle es un escenario inagotable para sorprender.
Con caminar diferente ya generas un desequilibrio.
El escenario que trasciende
Cuando viajas necesitas comunicarte. Si no tienes mucho dinero, necesitas comunicarte mas todavía. Tienes muchas armas.
La risa, la sorpresa, la habilidad, la música, las historias, los malabares son todas cosas que te acercan con un absoluto desconocido.
Si logras hacer sonreir a alguien con algún truco , chiste o gag te hara un lugar en su confianza.
Consume poco y vive como la gente del lugar.
Si quieres llevar tus costumbres a donde vayas seguramente te salga muy caro. Muchos salen de sus casas para conocer otras culturas y no están dispuestos a abandonar sus hábitos ni 15 días. Cuantos hay que no se dan cuenta que hay cosas que son necesario resignar para conocer.
Así como cuando decides irte de viaje o trabajar en la calle debes ser consiente que la seguridad a la que estaba acostumbrando se ira por la borda en un plis.
Barcelona. Octubre 2011
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